Naranja confitada


Estos días tengo muchas ganas de bizcocho de naranja cubierto de naranjas confitadas. Y como nunca había hecho naranjas confitadas pensé que sería complicado. Pero vaya para nada, es súper sencillo y el resultado es exquisito. Las podéis usar para decorar bizcochos, bollos de leche… o simplemente para picarla y añadirla a vuestra granola preferida. Vaya que también se puede congelar, pero nunca nos ha sobrado como para ello!

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 Naranja confitada

Preparación: 2 horas
  Raciones: —
⥯  Dificultad: baja

Ingredientes

  • 3 naranjas
  • 400 gr de azúcar
  • 200 gr de agua
  • 1 cucharada de sal

Receta

Comencemos limpiando bien las naranjas con la ayuda de un cepillo que tendremos dedicado para ello. Cortarlas en rodajas finas, no muy finas para que no se rompan al confitarlas. Llenar una cacerola de agua, añadir la sal y las naranjas en rodajas, a fuego bajo hasta que llegue a hervir. Esto es para quitar el amargor de las naranjas 😉 Después de 5 minutos, escurrir la naranja con cuidado y refrescarlas con agua fría, para quitarle la sal, hacerlo con cuidado para que no se nos rompan las rodajas.

En una cacerola poner los 200gr de agua, el azúcar y las naranjas, ahora lentamente durante una hora y 15 minutos, tendremos que confitar nuestras naranjas. ¡Paciencia! Mover de vez en cuando con cuidado. Cuando haya pasado el tiempo dejar reposar 24h, las naranjas junto con el almíbar.

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¡Ya han pasado las 24h! En una rejilla poner las rodajitas de naranja para que se sequen y suelten todo el almíbar durante unas horas. Una vez secas podemos envolverlas en papel vegetal y guardarlas en el frigo!

Notas:

¡Podemos congelarlas!

 

 

Acerca de lacucharazul

Somos dos hermanas andaluzas locas por la cocina. Esta afición nos acompaña desde que nos independizamos y nos dimos cuenta de lo bien que se comía en casa….Fue entonces cuando empezamos a trastear en la cocina y a disfrutar con ello. Y la verdad es que lo hemos tenido fácil porque tenemos una gran maestra, nuestra madre. A ella le apasiona este mundo y no solo hemos heredado su interés por cocinar, sino también el valor de alimentarse bien, algo que en casa siempre se ha tenido muy en cuenta.

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